Te querés ir, pero sabés que en el fondo no, porque ellos te necesitan.
Querés dejarlos, pero sabés que no vas a poder, porque ellos te necesitan por más que no lo digan.
Te querés ir, no soportás la situación, pero después no vas a poder soportar la soledad de ellos sin vos, de vos sin ellos.
Querés dejarlos, pero te sentís egoista. Quizás ellos también te hagan sentir así.
Por pensarlo. Por pensar en esa posibilidad. Por creer que abandonándolos las cosas van a estar mejor.
Ya pasó una vez. ¿Funcionó?
Al parecer… no.
Y eso debería importante. Y te importa. Pero ¿qué podés hacer?
Bancártela. No te queda otra. Porque te pesa más el dolor de ellos que tu propio dolor.
Mejor así. Algún día las cosas van a estar mejor. Ojalá que así sea… por haberte quedado.
Por convertirte en el mártir de los que te importan.
(Salta, 23 de diciembre de 2017, 03:22 h)